CATALUÑA

Inseguridad en Barcelona: "Se ha dejado crecer"

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La laxitud de Colau, los 'narcopisos' y la falta de agentes, tras la crisis de seguridad

Nuevo apuñalamiento mortal en Barcelona en otra noche con incidentes violentos EL MUNDO

Un meme recorre estos días sin parar los teléfonos de todos los policías de Barcelona. En él aparece el logotipo oficial del Ayuntamiento junto a puñalín, la caricatura de un cuchillo ensangrentado que se presenta como «la nueva mascota de la ciudad». La imagen, por frívola que parezca, resume la sensación que cunde en la ciudad este verano. La capital catalana está sumida en una «crisis de seguridad» que ni sus responsables niegan. El último, Albert Batlle, teniente de alcalde, precisamente, de Seguridad.

Las cifras oficiales justifican la preocupación. Los delitos han subido un 9%, sobre todo hurtos y robos. Pero los hechos que se llevan los titulares preocupan aún más. En lo que va de año, Barcelona acumula 12 homicidios, el último la madrugada del jueves, cuando murió apuñalado un hombre de 47 años. Nueve de los asesinatos se han cometido en apenas un mes y medio. Un ritmo que ha hecho saltar unas alarmas que, por otro lado, se encontraban activadas pero sin medidas la acompañaran.

«Está floreciendo ahora la inseguridad que se ha dejado crecer durante los últimos años». Un mando de la Guardia Urbana, que pide el anonimato, considera que la situación que atraviesa Barcelona «es imposible de explicar por una o dos razones». Las puñaladas, los robos violentos o los narcopisos -viviendas ocupadas donde se dispensa heroína a toxicómanos-, son a ojos de quien lidia en uno de los distritos más conflictivos, «una suma de muchos problemas a los que ahora se intenta poner solución. Y costará mucho tiempo hacerlo». Entre otros aspectos, se apunta a errores en la gestión de la seguridad por parte del ayuntamiento, falta de agentes y de colaboración entre administraciones y el olfato de mafias y delincuentes para interpretar esos vacíos.

Uno de los elementos que más ha tensionado el trabajo policial han sido las políticas de seguridad durante el primer mandato de Ada Colau. A la desconfianza inicial de los comunes con la Guardia Urbana -uno de sus primeros anuncios fue el desmantelamiento de la unidad antidisturbios-, se sumó lo que en ámbitos policiales se considera como laxitud. «Se priorizaron las respuestas sociales, pero al mismo tiempo se vetaron las policiales a situaciones que exigían presión».

Uno de los efectos directos de esa disputa ha sido, a criterio policial, trasladar a las mafias y organizaciones criminales que «es una especie de ciudad santuario donde actuar sin tanta presión como en otras capitales». Ha sucedido con las bandas de carteristas, aunque el resultado más visible ha sido la proliferación de los narcopisos que llegaron a invadir el barrio del Raval.

El fenómeno no sólo hizo regresar al barrio a decenas de toxicómanos, sino también los problemas de seguridad que se implantan siempre donde se concentra el tráfico de drogas. Las imágenes de peleas entre camellos a puñaladas o incluso machetazos se convirtieron en algo habitual durante meses, hasta que dos macrooperaciones policiales, para entonces ya con el apoyo de un ayuntamiento presionado por la acumulación de delitos, lograron neutralizar a las bandas. Los pisos han menguado y dispersado a otros barrios, llevándose consigo los mismos problemas. La muerte del jueves ha sido atribuida por fuentes policiales, precisamente, al tráfico de drogas.

Otro fenómeno que permanece enquistado es el de los menores no acompañados (Mena), cuya tasa de delincuencia es baja -sólo un 18% de ellos ha cometido delitos, según datos de los Mossos- pero cuyas acciones este verano engrosan la sensación de inseguridad. A grupos de menores procedentes de Marruecos se atribuyen la mayoría de los robos con violencia en el centro de la ciudad. El último, este jueves, cuando un turista fue apuñalado por la espalda para robarle un reloj valorado en 8.000 euros. Una evidencia de que la solución está aún lejos la plasmó el propio Batlle. Tras defender el «retorno asistido» a a sus países de los menores que delincan, el concejal del PSC se vio obligado a rectificar al día siguiente por presiones del equipo de Colau.

GRAFCAT2894 BARCELONA 1/8/2019.- El teniente de alcalde de Prevención y Seguridad del Ayuntamiento de Barcelona, <HIT>Albert</HIT> <HIT>Batlle</HIT>, explicó hoy en rueda de prensa los acuerdos adoptados en la reunión urgente convocada por el consistorio para abordar la seguridad del Puerto Olímpico, donde el pasado fin de semana murió un joven tras recibir una paliza. EFE/Marta Pérez

La falta de colaboración entre administraciones es, también, una de las responsables de la situación. Govern y ayuntamiento han mantenido agrias disputas por la falta de agentes de Mossos en la ciudad. Una grieta que también ha afectado a la Policía, cuyos controles en materia de inmigración «e han rebajado drásticamente».

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